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LA “GRAN” CULTURA RUSA

“Cada vez que hablen del gran ballet ruso, les  contaré la historia de una joven profesora de la ciudad de Brovary, quien fue violada repetidamente frente a sus padres y luego secuestrada por los inhumanos rusos.

La historia de unas docenas: las (probablemente) cientos de mujeres ucranianas violadas, a menudo a los ojos de los niños. Se trata principalmente de chicas de unos 15 o 16 años de edad de la ciudad de Borodyanka, quienes sufrieron terribles agresiones por parte de los kadýrovtsy (miembros de las unidades paramilitares del ex-presidente de la República de Chechenia). Les contaré sobre los cuerpos de cinco jóvenes violadas que fueron asesinadas y abandonadas a lo largo de la carretera, además de las asquerosas intenciones de los ocupantes de ‘follar a las hohlushki (nombre despectivo de las mujeres ucranianas)’. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión del ‘gran’ ballet ruso.

“Cada vez que me hablen de grandes compositores rusos, les contaré la historia de una niña y su hermano menor, de quienes su madre moría frente a ellos en un sótano de la ciudad de Mariupol, con el paso de los días; más adelante, con el cadáver de la madre muerta, los niños se verían obligados a continuar escondiéndose en el sótano ante el bombardeo. Entretanto, frente a un niño de la ciudad de Hostomel, los soldados rusos dispararon a su padre y, a continuación, intentaron matar al infante, pero éste consiguió salir con vida. No hay que olvidar a aquella chica a la que le dispararon directamente en la cara; o al niño que se escapó con su abuela en un bote, de los que la mujer terminó ahogada y el niño, desaparecido, llevó ya un mes de ser buscado sin éxito. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión de  ‘los grandes’ compositores rusos.

“Cada vez que me hablen de la gran pintura rusa, les contaré sobre los ucranianos pacíficos que fueron baleados por la espalda en el distrito de Makariv. Antes de que pudieran disparar, los ocupantes rusos les ataron las manos. Hubo cientos de cadáveres en las calles de Bucha, Irpin, Gostomel. Hubo fosas comunes en los patios de los barrios residenciales. Hubo fosas comunes de civiles en las ciudades, que solían ser  acogedoras y seguras. Hubo fosas comunes en el siglo XXI. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión de la ‘gran’ pintura rusa.

“Cada vez que me cuenten sobre el gran teatro ruso, les contaré la historia de una mujer del distrito de Brovary, de cuya casa los merodeadores rusos asaltaron y quitaron las tejas de metal. Llegaron tanques y vehículos blindados del ‘segundo ejército del mundo’, cargados hasta el borde con lo robado de los hogares ucranianos. Teléfonos, tabletas, televisores, lavadoras, alfombras, joyas, botellas de alcohol, sartenes, ropa, juguetes, zapatos: todo lo que llamó la atención de estos monstruos.Cuando llegaron a Bielorrusia, se apresuraron a enviar lo robado a Rusia. Les contaré  cómo se comerciaban los bienes robados en los mercados bielorrusos. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión del ‘gran’ teatro ruso.

“Cada vez que me hablen del gran cine ruso, les contaré de los caballos brutalmente baleados en los establos de la región de Kyiv.  Sobre los animales del zoológico en Yasnogorodka, que murieron de hambre y sed. Quedó la piel de venado quemada tras la explosión. A continuación, el máximo acto de salvajismo: sobre el alabai (raza de perro) asesinado y devorado por los ocupantes rusos. Sí, el alabai. Sí, un perro. Sí, fue devorado. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión del ‘gran’ cine ruso.

“Cada vez que me hablen de la gran literatura rusa, les contaré sobre las decenas de conversaciones interceptadas entre soldados rusos, sus madres y esposas. Conversaciones en las que no hay nada más que groserías. Conversaciones en las que las esposas les ordenan qué robar en las casas ucranianas. Conversaciones donde las madres se ríen cuando sus hijos cuentan cómo sus compañeros violan a las mujeres ucranianas. Y al quitar todas las groserías de estas conversaciones, sólo quedarán ‘hola’ y ‘adiós’. Esto es lo que les diré en respuesta a la opresión de la  ‘gran’  literatura rusa.

“Ya no existe gran cultura, literatura, cine, pintura, teatro y ballet rusos. Hay un país de monstruos, merodeadores, violadores y asesinos. ¡Gente salvaje que no tiene cabida en el mundo civilizado!

“Y los nuevos disidentes rusos que ‘sufren’ en los acogedores apartamentos de Berlín, Londres, Larnaca, Milán, Tbilisi, Astana, Viena y otros refugios temporales, ¡que sigan la ruta del barco ruso, llevando con orgullo en las manos su ‘gran’ cultura!”

#OlenaPshenychna (с)

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